El tacto, ¿es útil para medir la temperatura de un cuerpo?
En los recipientes plásticos se presenta agua en diferentes temperaturas...
En el recipiente de la derecha agua fría (con un poco hielo, mejor); en el de la izquierda agua caliente (pero que no cause quemaduras) y, en el del centro, agua a temperatura ambiente (de la cual mediremos de ser posible, con el tacto, su temperatura).
Probamos una vez, con una mano en el recipiente de la derecha y, con la otra,
en el de la izquierda respectivamente; luego tratamos de medir la temperatura
(con ambas manos) del agua contenida en el recipiente central...
...Otra vez...
...Otra vez...
...Una más..
...Y otra más...
Hasta que nos dimos por vencidos y nos dimos cuenta de que el tacto no es un medio fiable para medir temperaturas...
¿Saben por qué nos convencimos de ello?
Porque cada mano antes de ser sumergida en el recipiente central tenía una temperatura distinta (la derecha estaba fría y la izquierda caliente) y al tocar el agua a temperatura ambiente, la sensación en ambas era opuesta, es decir, la mano que estaba fría sentía el agua caliente y viceversa...
Gracias a esta experiencia descubrimos la necesidad que tuvo el hombre de inventar un elemento, una herramienta que le sirviera para medir las temperaturas de los distintos cuerpos: el termómetro.
Cabe aclarar que no todos son iguales:
Por un lado están los ambientales
por otro están los clínicos o corporales,
y por último los de laboratorio
Estos tres tipos de termómetros, son los que usaremos en una próxima experiencia...
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